Cuando no quieras sentir.

martes, 30 de agosto de 2011



Hay días malos, donde el amanecer a pesar de ser maravilloso, se ve gris. Y odio que se sepa de mis días malos, no son los que quiero que se conozcan. ¿Qué diablos pasa con mis días buenos? Si son muchos, ¿por qué no aparecen cuando más los necesito? En los días malos hay un cúmulo de cosas negativas que se acumulan y empiezas a recordar todos esos momentos infelices de tu vida, siempre son muchos, y quien no tenga esta mala suerte, le aplaudo.

· La tranquilidad que se siente sólo cuando superamos aquello que pensamos o imaginábamos imposible.

Puede que sea la única persona sin sentido en este círculo de errores. O el patito feo que nunca llegará a ser cisne. Aunque puede que las personas que viven cuentos sean los únicos sin sentidos, y que la insignificancia que tienen delante con mi forma sea la única historia propiamente conocida.
Que esté vacía por dentro no significa que todo me dé igual, tampoco que me importe algo. Pero el simple hecho de no servir para nada es lo que me da pie a envidiar a los que sirven para algo.
Escondí mi corazón en las entrañas que sobresaltaban a cada paso, y aquella fábrica de sentimientos desapareció. Lo cual no desemboca en nada fuera de lo extraño. Quizás sea la única que piensa en las pequeñas cosas y que puede pasar meses analizando un simple día. La que sin querer sentirlo se preocupa por todo lo que pase alrededor, pero a la que nadie le preocupa. La que no para de planear cada palabra para no causar daños colaterales en su mente.

Puede que la única realeza que exista sea el patito en medio de un mundo lleno de cisnes.