Cuando no quieras sentir.

sábado, 6 de junio de 2015

Tenía frío y no pedía fuego, 
tenía terrible sed y no pedía agua: 
pedía libros, es decir, horizontes, 
es decir, escaleras 
para subir la cumbre 
del espíritu y del corazón.
Porque la agonía física,
biológica, natural,
de un cuerpo por hambre,
sed o frío, dura poco,
muy poco, pero la agonía del alma
insatisfecha dura toda la vida.

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