Cuando no quieras sentir.

jueves, 18 de septiembre de 2014

Ella lloraba. Lloraba y de sus ojos vertía el tiempo, los sueños, y un amor perdido que se escurría en cada lágrima. Y se acurrucaba en sus propios brazos, aferrándose a su pena, abrazándose a su dolor, como si no lo quisiera dejar ir, porque lo que le dolía era él, y también era él lo que latía en su pecho, lo que buscaba su tacto, lo que sentía en la memoria en cada poro de su piel. Y cuando la razón no razona y el corazón no calla, las palabras no alcanzan para expresar todo el amor que lloraba su alma. Es que bien sabía, que aunque con el tiempo volvería a querer, jamás volvería a amar.

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