Cuando no quieras sentir.

domingo, 1 de junio de 2014

La culpa es mía y no de tus ojos. Lo tendría que haber sabido. Y la verdad es que lo sabía, pero no quería saberlo.
No quería negarme a esa oportunidad, aún ínfima, de hacer una locura, de saberte en mis manos sin tocarte, de sentir cuando me piensas, de soñarte a ojos abiertos en mi mundo.
La culpa es mía y no de tus ojos. Porque al final, lo único que sé, es que lo haría todo de nuevo.

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