Cuando no quieras sentir.

sábado, 22 de junio de 2013

No estoy hablando de salvar el mundo. En estos momentos me conformo  con salvarme a mi mismo. Y a algunas personas a las que quiero. El mundo. Ese gran agujero negro que llamamos mundo. Ah, el mundo. Sí, claro. No faltaba más. El mundo es un asco. Todo el mundo lo sabe. Pero procuramos no hacer caso ¿verdad? No, eso es imposible. Nos guste o no estamos metidos hasta el cuello. Nos rodea por todas partes y cada vez que levanto la cabeza y echo una mirada al rededor, lo que veo me da nauseas. Tristeza y repugnancia. Y decían que la Segunda Guerra Mundial había arreglado las cosas, al menos por unos siglos. Pero todavía seguimos despedazándonos unos a otros, ¿no es así? Nos seguimos odiando igual que siempre. 

Perfecto monólogo interno para buscarle un doble sentido.

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