Cuando no quieras sentir.

sábado, 22 de junio de 2013

En realidad, no sé por qué me importa tanto. Él podría ser mejor que yo a la hora de hablar, de cocinar, de trabajar, o en casa, o para ahorrar; podría ganar más que yo, o gastar más y mejor que yo, o entender mejor los libros y las películas; podría ser más simpático que yo, más guapo y presentable, más inteligente, más generoso de espíritu, mejor ser humano en cualquier sentido que se quiera considerar... y a mí me daría lo mismo, de veras lo digo. Tengo asumido que uno no puede ser bueno en todo, lo comprendo; sé que tengo una trágica carencia de habilidad y de conocimientos en cuestiones muy importantes.

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