Cuando no quieras sentir.

lunes, 10 de octubre de 2011





Tú no perteneces a mi vida, sólo perteneces a un instante. La felicidad no es un ideal de razón, sino de la imaginación. Habían pasado dos semanas en que mis pasos no se habian sentido, y mis huellas no habian dejado marca. La lluvia se había hecho mi amiga y me camuflaba, los paraguas ya eran inservibles, las gotas ya no podían lastimarme... ya no reflejaban esos viejos y punzantes recuerdos que creaban vacíos interminables.

El destino toma decisiones que no entiendo. Duele no?... Los mismos miedos han vuelto, es bastante triste, hasta incluso es nefasto afrontar una realidad diaria y llegar solo a la firme conclusión que en la imaginación se vive mejor. Alcanzar la libertad es posible… ¿Es posible? ¿De verdad?, es solo un estado de la mente, algo totalmente intangible y es absolutamente relativo.
Es gracioso ante anoche entre las sabanas leía las hojas sueltas que guardo en el cajón, cambios abruptos, conclusiones estúpidas, resentimiento, experiencias, entre muchas otras cosas. Agradezco infinitamente el haber aprendido a escribir y a leer,  juntar palabras definitivamente es la mejor manera de desahogarse. Los mejores momentos son cuando las decisiones vienen del ¿silencio? ¿Qué es el silencio? Si buscara esa palabra en mi diccionario mental creo que diría algo parecido a: “El silencio es el tiempo donde el sabio medita, la cárcel de la que huye el necio y el refugio donde se esconden los cobardes.”
Vamos restándole importancia a lo que nunca va a suceder, es una manera de amortiguar los golpes de la vida, quizá este mal, pero porque darle importancia a algo que nunca vas a vivir y mucho menos, sentir. Y es en ese abrir y cerrar de ojos, en ese preciso parpadeo cuando volvemos al punto donde no tenemos nada.
He estado ocupada buscándole sentido a las cosas que se avecinan, ya no queda mucho tiempo y si es necesario gastarlo pensado, así será... No quiero equivocarme siempre, ya no puedo encerrarme en mi habitación y entrar en pánico ya ni si quiera sé lo que es, pero quiero que termine rápido. Estas palabras resuenan en mi mente, de alguna forma u otra ya las había escuchado antes. Y mientras tanto espero así, pensando, calculando absolutamente todos los detalles, tanto, que siempre se me escapa algo.. No siempre tengo las respuestas correctas, pero al menos lo intento, es fabuloso saberse dueña de una sabiduría que aflora al momento de tener en frente de mis ojos una hoja en blanco.


Voy a decirlo una vez más, mi historia es la misma, pero con un poco mas de tranquilidad.

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